BELÉN, Cisjordania.— “Será la Navidad más tranquila desde el 2000”, dicen unos. “La mejor en muchos años, aunque no exenta de problemas”, aclaran otros. “Esperemos que sea un símbolo de la paz que hoy se intenta lograr”, resumen muchos. Belén, en medio de las esperanzas y por cierto también de no pocas dudas, recibe hoy las fiestas. Unos 500 efectivos de la policía palestina llegaron ayer a la ciudad de otras partes de Cisjordania, para reforzar la presencia de seguridad.
Aproximadamente 60 mil peregrinos y turistas cristianos del exterior llegaron a la zona para visitar Belén en los días de fiesta, una cifra que cuadriplicó la registrada hace dos años. El movimiento general de turistas ha aumentado considerablemente y según fuentes en el Ministerio de Turismo de Israel, en el correr del año ha alcanzado el medio millón. De ellos, unos 340 mil pasaron también a Belén, ubicada a pocos minutos de Jerusalén.
El movimiento de peregrinos se concentra en Israel y que de allí pasan a Belén aquellos que lo desean. Es por ello que también este año hubo una estrecha coordinación entre los Ministerios de Turismo de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina, a fin de garantizar el pasaje seguro de los peregrinos de un lado a otro.
Dentro de Belén, la atmósfera es una combinación ya conocida en la zona. Por un lado, los comerciantes y vendedores, hoteleros y dueños de restaurantes, aguardan expectantes a todo aquel que llegue para Navidad. Por otro, la gente parece temer abrigar demasiadas esperanzas. “Hubo épocas en las que no venía nadie y la ciudad parecía muerta”, cuenta Rami, un joven que parece disfrutar un rato de sol en la Plaza del Pesebre. “Este año ya hay más movimientos con autobuses de turistas, pero siempre tememos que a último momento suceda algo malo”.
Con especial expectativa se aguarda la entrada ceremonial a Belén del Patriarca Latino de Jerusalén, jefe de la Iglesia católica en Tierra Santa, monseñor Michel Sabbah, al frente de la tradicional procesión, en la que también tiene escolta de la policía israelí, mientras se halla en territorio de Jerusalén. Ya en Belén, el jerarca católico cruzará la Plaza del Pesebre, adornada especialmente con delegaciones de alumnos y scouts cristianos y musulmanes de Belén. A medianoche exactamente, comenzará bajo su conducción la Misa de Gallo en la Iglesia de Santa Catarina, contigua a la Basílica de la Natividad.
Otro sitio en el que se destacan los días de fiesta, es en la ciudad israelí de Nazaret. El alcalde Ramzi Jeraisy brindará la recepción tradicional para las comunidades cristianas, en la Basílica de la Anunciación, en presencia, como siempre, de colegas judíos y musulmanes.
Hace ya varios días, el Fondo de Forestación Nacional y la Municipalidad de Jerusalén distribuyeron sin costo alguno árboles a cristianos residentes en la ciudad, para que puedan adornarlos en sus hogares.
El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, recibió ayer en la residencia oficial a líderes comunitarios cristianos, musulmanes y drusos, en honor a sus respectivas fiestas y al año que está por comenzar.
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